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PALACIO PIRIA

El diamante olvidado.
Construido a principios del siglo XX en Ensenada, esta joya de la arquitectura clásica sufre el abandono de décadas
A pesar de los años, del abandono y la desidia, la imponente y siempre fantasmal estructura del Palacio Piria, en Ensenada, aún conserva un remoto y lejano esplendor. Columnas palaciegas con detallados sobre relieves, dos escaleras monumentales que marcan su entrada, arcadas, finos detalles de categoría y paredes que pese a estar descascaradas conservan el tono de cierta aristocracia perdida.
A principios del siglo pasado, esta construcción que se levanta en el Camino Costanero Almirante Brown supo encerrar los sueños de un emprendedor foráneo que soñó a lo grande y que, hay que decirlo, quiso hacer de las costas de Punta Lara un lugar de descanso similar, y hasta superior, a lo que es hoy en día Piriápolis en Uruguay.
En realidad la historia comenzó en 1827, cuando Luis Castells -cuyas tierras se extendían desde Villa Elisa hasta el Río de La Plata- pasó a ser propietario de la Estancia Punta Lara. Inspirado por los palacios europeos, reunió varias imágenes de aquellas construcciones y en 1907 dio la orden para que se comenzara con la edificación del palacio. La obra estuvo terminada recién en 1910. Entre otras cosas, el edificio contaba con playa privada y era frecuentado por importantes personalidades de la época, como el general Julio Argentino Roca.
Pasadas las dos primeras décadas del siglo XX, la monumental edificación fue adquirida por el rematador uruguayo Francisco Piria en 1925 con el propósito de transformar la zona en un importante balneario. Con su llegada, Piria introdujo algunos cambios en el lugar. ¿Cuáles? Las habitaciones del primer piso, por ejemplo, fueron revestidas con madera tallada por artistas uruguayos. También emplazó el "salón de los Espejos", ubicado en la sala central de la casa decorado con finos espejos biselados. Además, decidió cambiar los herrajes que había por otros de bronce trabajados a mano.
¿QUIEN FUE PIRIA?
¿Pero quién era este Piria? Había nacido el 21 de agosto de 1847 en Montevideo, Uruguay. A lo largo de su vida fue empresario, político y militar. Hijo de inmigrantes genoveses -Lorenzo Piria y Serafina de Grossi-, Francisco realizó sus estudios en Italia y volvió a Uruguay a los 16 años para enrolarse en el ejército. En su juventud se desempeñó en múltiples oficios y se destacó especialmente como rematador. El 25 de diciembre de 1866 se casó con Magdalena Rodino y juntos tuvieron cuatro hijos. Luego de un viaje a Europa, Piria volvió con la firme idea de explotar turísticamente las costas uruguayas. En el año 1890 compró 2.700 cuadras de campo, donde finalmente fundaría el balneario de Piriápolis. Del lado uruguayo, Piria levantaría un esplendoroso castillo en el año 1897. Convertido en su vivienda particular, el imponente inmueble tenía un extenso parque con fuentes y numerosas estatuas. A su vez, contaba con una frondosa vegetación compuesta por una gran variedad de especies exóticas.
La estadía palaciega de Piria en nuestra tierra, en tanto, se extendió hasta los años '30. Debido a sus desavenencias con el gobierno provincial de la época, el inversor extranjero decidió abandonar su ambicioso proyecto turístico para las costas bonaerenses de Punta Lara y seguir entonces probando suerte en Uruguay.
Así las cosas, en 1947 el palacio y las 141 hectáreas que lo rodeaban pasaron a manos del gobierno provincial por donación de la familia Piria, para uso residencial de los gobernadores. Pero, finalmente, este destino no se concretó y durante algunos años allí funcionó una colonia de vacaciones para niños huérfanos. Con el tiempo fue cedido a la municipalidad de Ensenada, que finalmente perdió sus derechos por no poder hacerse cargo de su recuperación.
En la actualidad, la mansión luce abandonada, está convertida en un depósito de escombros y se encuentra cerrada con alambre de púa por peligro de derrumbe. Por Ley 12.955 de la provincia de Buenos Aires, hay que decir, este palacio fue declarado Monumento Histórico y bien incorporado al Patrimonio Cultural de la Provincia. Un diamante olvidado. Una joya que, pese al abandono, aún asombra a quien pasa por su imponente frente y alza la vista para verlo.
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Fecha de construcción: 1907, pero fue inaugurado en 1910
Arquitecto: Luis Castells lo mandó a construir en base a varios palacios europeos
Estilo: mezcla de estilos renacentistas
Destino original: Residencia veraniega
Destino actual: sin uso
Ubicación: Camino Costanero Almirante Brown